It's harder
Creo que nunca había hablado de este tema aquí, pero me parece realmente importante... La recuperación de un trastorno de conducta alimentaria es un trabajo constante, es "recuperarte" de algo invisible que nunca se termina, es aprender a vivir con tus pensamientos, modificarlos y combatirlos aferrándote a la idea de un mejor presente y futuro.
Estoy pasando por una situación que ha disparado todos esos viejos pensamientos que creí se habían ido de mi ser, parece que solo estaban archivados y esta situación logró sacarlos y regarlos por todos lados.
Sucedió que en un mes será la graduación de mi mejor amiga, y se inició la búsqueda de vestido. Yo me sentía muy confiada, pues tengo varios vestidos para fiesta, pero no contaba con que ya no me quedaría ninguno de ellos. Había algunos que sabía era muy poco probable que me quedaran, más había otros a los que les tenía mucha fe y esperanza.
Hace tiempo escribí algo sobre estar harta de vivir bajo mis propios juicios y querer aceptar mi cuerpo tal cual es, pero últimamente me he percatado de cambios que, independientemente de subir y bajar de peso durante la pandemia, parece serán permanentes. Mi cuerpo se ha modificado y no únicamente por la pandemia, también ha influido mi edad y mi nuevo estilo de vida. No es lo mismo que hace cinco años.
*
Llevo más de la mitad de mi vida lidiando con estas conductas, evidentemente, la recuperación es un camino lleno de altibajos, y la luz llegó a mi vida únicamente cuando fui a terapia y pude trabajar esta recuperación en conjunto de una profesional. Desde entonces no había tenido una crisis y con esta situación, puse a prueba todo mi trabajo.
Aunque en el momento solo sentía tristeza y enojo conmigo misma, me permití sentir un par de días, y recordé mis aprendizajes y todo el camino que he recorrido. Acepté, acepté que mi cuerpo ya no es el mismo de cuando tenía quince años, ni si quiera mi vida es la misma de entonces; mi alimentación, mis horas de sueño y de ejercicio han cambiado, es lógico que también cambie mi cuerpo. Recordé que la ropa se debe adaptar a nosotros y no nosotros a la ropa. Acepté que era más fácil y saludable ir a rentar o comprar un vestido, que intentar hacer de todo para entrar en alguno de los que ya poseo.
Y no solo quiero enfocarme en recuperación de TCA, con esto me di cuenta de la importancia de saber observar y aceptar los cambios naturales del cuerpo.
Quizá parece algo lógico, pero yo me he golpeado con una realidad que no lograba dimensionar. El cuerpo claramente va creciendo, cambiando y desarrollándose con el paso de la vida (incluso a lo largo de un día el cuerpo se modifica múltiples veces), más yo no recuerdo sentir de manera consciente esos cambios.
No recuerdo el momento exacto donde mi cuerpo pasó de ser el de una niña al de una puberta, mi mente ya distorsionaba la imagen de éste en ese entonces...
Pienso en todas las personas que después de años de un riguroso entrenamiento, en cualquier disciplina que implique trabajo físico, deja esa actividad y aunque se mantenga de alguna forma active, no es lo mismo... Cuando una persona se embaraza y el cuerpo se modifica y pocas veces regresa a lo que era antes... Cuando hay una cuestión médica que hace que el cuerpo cambie constantemente... ¿Cómo aceptar esto? ¿Cómo amar esto?
Quizá la clave sea el enfoque. Todos estos cuestionamientos vienen de un lugar enfocado en la imagen corporal, la silueta y las medidas. El cuerpo cada día hace un trabajo impresionante para mantenernos vivos, quizá enfocarse en todo lo que nos permite o no hacer me ayude a entender que al final, solo es un transporte del alma, el puente entre mis pensamientos, emociones, y la realidad, el exterior. Aquello que me permite gozar de los cinco sentidos que tanto disfruto.
*
Escribo estas líneas una tiempo después, me siento mejor. Me ayudó estar en comunicación con mi cuerpo, faltar a una clase, descansar, y expresar mi sentir a través del arte. Y ya separé un vestido precioso que, a pesar de estar un poco fuera de mi zona de confort, me siento lista para portarlo con seguridad.
XOXO, Ana.
Comentarios
Publicar un comentario