Estoy hecha un nudo de sentimientos...

Ayer fue el primer aniversario de algo importante para mí; me hizo valorar el tiempo, me hizo ver lo rápido que pasa. Toqué heridas que siguen algo abiertas, heridas que me forcé a creer que habían cerrado, quedé sensible y algo decaída. 

Esta semana pasó sin avisar... silenciosa y desapercibida.
Mañana comenzará todo a sentirse más real. Iniciará el fin de mis vacaciones; a pesar de que aún tengo dos semanas antes de regresar a la escuela, serán días de arreglar asuntos sobre mis nuevas rutinas. 

Este año, o por lo menos el primer semestre de éste, parece que estará... lleno. Realmente parece ser un nuevo comienzo. Tengo actividades nuevas, proyectos nuevos, metas nuevas, y este semestre se siente como iniciar de cero (otra vez): nuevo grupo, materias, maestros, dinámica y muchas dudas.

Tengo muy claro tres cosas que quiero hacer antes de iniciar con mi loca rutina: 

  • terminar de limpiar mi cuarto (desempacar lo que falta, depurar y poner todo en su lugar).
  • terminar de leer un libro que inicié hace poco (escucharán pronto de él, me tiene encantada).
  • adelantar entradas para el blog, y quotes para las publicaciones de instagram. 
Tengo miedo de no poder con todo... aún recuerdo esa sensación de impotencia y decepción. Por lo menos, ahora sé que se puede vivir sin cosas que amas, hay prioridades y que la salud mental es una de ellas. Así que, manden buenas vibras y esperemos que mis límites se hallan ampliado tanto como mi agenda. 

Espero todos tengan un feliz regreso a la rutina, recuerden salirse de ella de vez en cuando, nos seguimos leyendo (con suerte, cada domingo).
                                                     XOXO, Ana.

Comentarios

  1. Una vez, un sabio me relato un cuento, el cual te contaré sin que lo hallas pedido, pero va con la mejor de las intenciones.

    En aquellos lejanos tiempos, donde los reyes eran parte del batallón, dónde las tierras eran de quienes las conquistaban y los héroes principales de los reinos eran los mismos reyes junto a su caballería, se encontraba un rey, no muy singular, tenía un gran puñado de gente que lo adoraba y el lo hacía mutuo.

    Un día, el rey mando llamar a todos aquellos sabios de los que disponía su pueblo, y, al tenerlos en el castillo les hizo una petición. "Aquel de ustedes, que me entregué el más sabio consejo, que me sirva en los momentos más desesperados de mis batallas, le daré a cambio una gran saco lleno de las monedas más valiosas. Sin embargo, el consejo deberá estar en mi anillo de oro".

    Y fue así, como todos los sabios emprendieron viajes en sus experiencias, entre los verídicos relatos de sus amigos y conocidos. Todos se dieron a la tarea de buscar aquel consejo que le ayudaría al rey. Ese consejo tan corto pero efectivo.
    Parecía tarea imposible hasta que un día, uno de los sabios se presentó en el castillo, pidiendo el anillo al rey, comentando que él tenía ese consejo.

    Así fue como el sabio llevo el anillo al herrero y grabó su sabiduría. Regreso con el rey y le dijo; "majestad, aquí está su consejo, solo tiene una condición, no lo vea, hasta que realmente lo necesite". El rey aceptó, y sin más le dio su recompensa.

    Semanas más tarde, al responder a una amenaza de conquista, el rey se encontraba junto con sus tropas a punto de adentrarse a un bosque para defender sus tierras de otro reino, estaba oscuro y no sabía cuántos podrían llegar a ser los enemigos.
    Los contrarios obligaron al rey a adentrarse al bosque, y después de una serie de eventos, el rey se encontraba llendo a lo máximo que podía su caballo, estaba solo y desprotegido, no había muchas posibilidades de sobrevivir para el rey.
    Después de avanzar un trazo que para él era eterno, su caballo se detuvo en seco llevando al rey al suelo. Se dio cuenta que se encontraba en un abismo, el caballo no daba para más así que se tiró al suelo a descansar, el rey no encontraba que hacer y mientras pensaba, a lo lejos se escuchaban el choque de los metales de armaduras y el galope de caballos. Estaba entre la espada y la pared, sin oportunidad, sin opciones, sin defensa, una vez con la cabeza del rey por delante, conquistarian sus tierras. Sin pensarlo mucho saco su anillo del dedo y leyó lo que aquel sabio podía otrogarle. El grabado del anillo ponía; "ESTO TAMBIÉN PASARÁ". El rey entendió de inmediato lo que decía, así que una calma lo invadió, se recostó sobre su caballo que yacía en el suelo, y al tanto de unos respiros profundos, cayó en un sueño envidiable.

    Un caballero del rey, al día siguiente lo desperté lleno de euforia contándole lo que había pasado. Al separarse del rey, sus caballeros se reagruparon más tarde, y esperando a que los enemigos durmieran en la noche pesada en la fogata que habían hecho, los sorprendieron con un ataque acabando con todos. El rey casi no podía creerlo, pero sucedió.

    Una vez de vuelta a su reino, lleno de orgullo y como un pavo real ante el desfile preparado por su gente, montaba a caballo con sus lujosas vestimentas. A mediados de desfile alguien tira de sus ropas levemente, para su sorpresa, aquel sabio. El rey le agradeció por su consejo e interrumpiendolo humildemente el sabio le pide que vuelva a leer el anillo. El rey lee "ESTO TAMBIÉN PASARÁ", respira profundo y prosigue feliz y agradecido con su pueblo

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    Respuestas
    1. Es importante saber que el tiempo jamás se detendrá, y que aunque estemos en nuestro peor momento, eso pasará, lo verás, que al igual que tú, un montón de personas tienen problemas, y no quiero menos preciar ni mucho menos, se por experiencia que no se siente bien, sin embargo toma en en cuenta linda, que la tempestad pasa, nunca es para siempre.
      Y no solo eso, si no que también las cosas buenas, tienes que aprender a disfrutar los mejores momentos de tu vida, recuerda que si te enojas con una persona aunque sea por 10 minutos, son 10 minutos que no volverán, y sabrás que... ESTO TAMBIÉN PASARÁ...




      Realmente deseo que te ayude. Perdona por responder tan tarde, pero ya lo había escrito y por error no se mando jaja, bien de verdad espero desde lo profundo de mi que te vaya bien en este semestre, y estaré al pendiente de ti.

      ~Luna llena

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    2. ¡Gracias por el relato!
      XOXO, Ana.

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