Zazil Abraham: "Self Love Brunch" | Mi experiencia


El domingo 24 de junio, Zazil Abraham (@zazilabraham) columnista de Marie Claire México, fundadora del movimiento Brave, Strong, Worthy, y embajadora de Aerie Real MX, impartió en mi ciudad su taller de amor propio: Self Love Brunch. El cual se llevó a cabo en Taur Viyansa Yoga Studio. 
Conocí a Zazil por videos de Gwabir (@gwabir) y comencé a seguirla en redes y en su canal de Youtube. Su contenido me genera empatía, me hace reflexionar y me regala vida. Cuando me enteré de este evento no dudé, sabía que tenía que ir. 

En un principio, me costó trabajo convencer a mi mamá de pagar el taller, le insistí días seguidos hartándola un poco del tema y estuve a nada de no asistir, pero al final, después de haberla dejado descansar del asunto, y en un momento de decisiones repentinas, lo conseguí. 

Después de pasar la semana hablando con mi acompañante sobre qué outfit llevaríamos, cómo creeríamos que fueran las personas que asistirían y estar investigando (stalkeando) el instagram de Zazil y el de su movimiento @bravestrongworthy, se llegó el día.

Pasamos por mi acompañante, cómplice y mejor amiga: Andrea. 

Ambas habíamos iniciado nuestro proceso de amor propio desde hace un tiempo, y sentíamos que solo nos teníamos la una a la otra para este tema.
Me siento muy afortunada de haber compartido esta experiencia con ella, honestamente no existe alguien más ideal en mi vida, para este tipo de situaciones. Es un placer crecer a su lado.

Llegamos al estudio a las 9:55 a.m. es un lugar muy acogedor, bien diseñado para lucir espacioso, iluminado y fresco. Andrea y yo íbamos vestidas algo formal-casual y al entrar, vimos a todas en leggins, top deportivo y camiseta; por suerte, nuestro plan era cambiarnos para la clase de yoga, así que después de dejar nuestros zapatos en la entrada y saludar a Zazil, fuimos al baño a cambiarnos. 

Dejamos nuestras bolsas en el lugar indicado y pasamos al salón con nuestro tapete, libreta, pluma, agua y, en mi caso, cámara. 

Esperamos un rato más a que llegaran las chicas que faltaban (el evento es para cualquier persona en general, pero nuestro grupo se conformó únicamente de mujeres). Zazil dio comienzo al taller presentándose y explicando la primera dinámica, que era presentarnos. Cada una mencionamos nuestro nombre, edad, ocupación y situación actual de nuestro proceso de amor propio. 
Andrea y yo fuimos las más pequeñas, el resto nos llevaban de cuatro a diez años de edad. 

Todas escuchamos con atención las historias, nos conmovimos, nos identificamos e incluso, lloramos. Después de la presentación, yo ya sentía que había un lazo de unión diferente al que se hace con cualquier persona. 
Había hablado de algo muy personal, me mostré vulnerable, escuché sin juzgar y vi en las demás un poco de mí. 

Al terminar las presentaciones, Zazil continuó contando su historia.


Escuchar un poco de la vida de todas aquellas maravillosas mujeres, me llenó de una fuerza que no conocía, me inspiraron en el ámbito profesional, personal y creativo. Todas eran exitosas, y muchas ni lo saben, en mis ojos, son todas personas tan grandes y reales. 
Involuntariamente, me enseñaron que "si se puede", y me han dado el empujoncito que necesitaba para volver a soñar y realmente vivir.

Siguió el brunch vegano, del cual no tenía expectativas, realmente no había comido nada vegano (a parte de galletas oreo) y no sabía qué esperar. 

La comida fue un panini de avena con acelgas y tomate, creo. Acompañado de un té de, me parece, hierba buena. 


Sabía muy bien, me dio mucha energía y no sentí hambre en muchas horas, a pesar de haber hecho ejercicio. 

El taller siguió con dinámicas y ejercicios. Varias chicas participaron haciendo comentarios y compartiendo experiencias relacionadas a los subtemas que íbamos viendo. Fluyó muy bien tanto el taller, como la energía.

Tuvimos un snack, que era un cupcake de semillas y arándanos, el cual también sabía muy bien. 

Y después de apuntar la tarea (ejercicios que se tienen que hacer con más calma, análisis y tiempo), inició la clase de yoga. 

Desde pequeña me había interesado el yoga, mi mamá lo practicó por un tiempo y a mi me encantaba agarrar sus libros e imitar las posiciones. Cuando dejé el ballet, mi plan siempre fue entrar a clases de yoga, jamás me di el tiempo. 
Mi momento llegó, fue mi primera clase de yoga y sin duda, la primera de muchas. 

El taller cerró con una meditación corta, muchos abrazos y fotografías. Salí del estudio sintiendo que tenía quince amigas nuevas. 

Fue una experiencia increíble, de los días más felices de mi vida. Más definitorios. Han pasado pocos días, he hecho cambios mínimos, cambios que solo yo conozco y he notado una gran diferencia. En verdad hay un antes y después. 
Si alguna vez tienen la oportunidad de tomar el taller, se los recomiendo. No hay un momento específico para iniciar el proceso de amor propio, y no estas sol@ en esto.

Algo que aprendí y quisiera compartirles, para terminar este post es:

Cuando no sepas qué hacer, cuando estés en alguno de esos dilemas diarios pregúntate: 
¿Qué haría alguien que se ama? 

XOXO, Ana.

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